Cuentos para contar.

sábado, 1 de junio de 2013

El planeta de chocolate

- ¡Como me apetece un poco de chocolate! - dijo "Saturnino" mientras buscaba en la nevera del "Gorrión moteado", su nave espacial.
- ¡Gorrión!, ¿no nos queda nada de chocolate? - le dijo Saturnino.
- No, ¡te lo has comido todo!, tendremos que comprar más.
- ¡Que bueno sería que hubiera una planeta hecho de chocolate!, ¿no crees gorrión?
- Pues en mis archivos, tengo una leyenda sobre un planeta así .
- ¡Interesante!, ¿y donde se encuentra?.
- No tengo datos al respecto.
- Pues iremos "Al planeta de los libros", allí seguro que encontramos algo.
Y se pusieron rumbo "Al planeta de los libros", donde se encontraban todos los libros escritos en el universo.
Una vez allí, se dirigieron a "La gran biblioteca".
- Hola, - le dijo Saturnino a la chica del mostrador - estoy buscando datos sobre "El planeta de chocolate".
- ¿El planeta de chocolate?, a ver...............- dijo la chica poniéndose unas gafas y tecleando algo en el ordenador.
- Pues no hay nada al respecto, ¡lo siento!.
- Bueno, gracias de todos modos - le dijo "Saturnino" extrañado.

-"¡Que raro!" - pensaba Saturnino - "Si aquí no encuentro nada sobre "El planeta de chocolate", no lo encontraré en ningún sitio."
Entonces se metió en una cantina para beber algo. En ella se encontraban seres de todos los planetas de la galaxia, ya que "El planeta de los libros", era frecuentado por todo tipo de personajes en busca de información.
- Dame una cerveza - le dijo Saturnino al camarero, un tipo de aspecto rudo con  4  brazos y un único ojo en la frente.
- ¡Se paga por adelantado! - le gruñó el camarero.
- ¡Vale, vale!, toma - le contestó "Saturnino" mientras le pagaba.
"Saturnino" cogió su cerveza, y se sentó en una mesa para  pensar sobre qué hacer.
En un lado de la cantina, había un escenario, y unos seres de cabezas grandes y ojos saltones, tocaban unos extraños instrumentos de viento. La música era alegre, y Saturnino disfrutaba de la misma, cuando escuchó una interesante conversación en la mesa de al lado.
- Pues si, lo que te digo ¡Ya ves que forma más fácil de ganar dinero!, sólo con apretar un botón y borrar  unos datos del ordenador de "La gran biblioteca". -  le decía un ser peludo y con dientes de lobo a otro con cabeza de lagarto.
- ¿Pero existe "El planeta de chocolate"?
- ¡Claro que existe!, ven conmigo y te lo enseñaré. ¡Pero........... shhhhh!, ¡las paredes tienen oídos! - dijo el ser peludo al ver que "Saturnino" se inclinaba en su silla para oír mejor.
Los dos seres, salieron de la cantina, seguidos muy de cerca por "Saturnino". Se metieron en un hangar, donde tenían su nave espacial, y "Saturnino", colocó un localizador a la nave sin que se dieran cuenta.

- Vamos "gorrión", sigue la señal del localizador - Dijo Saturnino al subir a su nave. - ¡Rápido!.
Y así, las dos naves surcaron el espacio con rumbo al "Planeta de chocolate".
-¡Guau!, ¡Esta´ todo cubierto de chocolate! - dijo Saturnino asombrado al llegar.
Y se puso a comer y a comer hasta que no pudo más. De repente, sintió un fuerte golpe en la cabeza, y quedó sin sentido.
Saturnino, se despertó en una celda, de chocolate, todavía aturdido.
Fuera, se encontraban los dos seres a los que había seguido.
- ¿Què hacemos con él? - Le decía el ser peludo al de cabeza de lagarto.
- No lo sé, ¡sabe el secreto!.
- Esperemos al jefe, él sabrá que hacer.
Al rato, apareció un ser gordo con cara de sapo y tentáculos, que se desplazaba como una babosa.
- ¡"Vaja"! - gritó "Saturnino" - ¡Así que eres tú el que está detrás de todo ésto!.
"Vaja", era un bandido, al que "Saturnino" conocía de pasadas aventuras.
- ¿Qué otra mente privilegiada podría estar detrás de tan magnífico plan? - Respondió "Vaja". - Si nadie descubre éste planeta, todo el chocolate será para mí.
- ¡Pero éste planeta no es tuyo!, ¡Tienes que compartir el chocolate con los demás! - dijo "Saturnino".
- ¡De eso nada!, yo lo descubrí, y es mío - le respondió "Vaja".- ¿Qué piensas hacer para impedirlo?, ¡te dejaré aquí encerrado para siempre.!
- ¡ja, ja,ja,ja,ja! - rieron los conpinches de "Vaja". Y se fueron todos bromeando.

"Saturnino", se quedó sólo en la celda. Entonces, saco su móvil, y llamó al "Gorrión Moteado".
- ¡"Gorrión"!, estoy encerrado en una celda de chocolate, ¡Ven ha rescatarme!.
"El gorrión", fue hasta la celda donde estaba encerrado "Saturnino", y con el rayo láser, derritió el chocolate.
- ¡Muy bien "Gorrión", vámonos! - dijo "Saturnino" saliendo de la celda y subiendo a la nave.

Lo primero que hizo "Saturnino", nada más llegar a su casa, fue llamar por el móvil a todos sus amigos, y enseguida se difundió la noticia sobre donde estaba "El planeta de chocolate".
Cientos, ¡Que digo cientos!, ¡miles de personas llegaron al "Planeta de chocolate"!, y disfrutaron comiendo y comiendo chocolate hasta hartarse.

-¡Qué desastre!,¡Qué desastre! - le decía "Vaja" a "Saturnino", llevándose las manos a la cabeza. - ¿Ves lo que has conseguido?, ¡en poco tiempo no quedará ni rastro de chocolate!.
- Si, pero todos habremos  disfrutado, y no sólo tú ¡Sapo egoísta! - le respondió "Saturnino" enfadado.
Entonces, un temblor se extendió por todo el planeta, y de los volcanes del mismo empezaron a salir ríos y ríos de chocolate cubriéndolo todo de nuevo.


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