Cuentos para contar.

viernes, 30 de noviembre de 2012

La isla de la verdad

"El pirata Malapata", había conseguido reunir un inmenso tesoro a lo largo de sus correrías por los siete mares. Orgulloso del mismo, decidió enterrarlo en una isla desierta.
- ¡Isla a la vista! - gritó el vigía desde el palo mayor del "Delfín volador", el barco del pirata.
 Así que "Malapata" y sus hombres, fueron a inspeccionarla.
- Parece desierta - dijo "Malapata", - enterraremos aquí el tesoro-, y armados de picos y palas, escogieron  el  lugar más recóndito de la isla para hacerlo.
Mientras los hombres del pirata enterraban el tesoro bajo la supervisión de "Rudi", la iguana que siempre llevaba en el hombro, Este, fue a dar un paseo.
Vio un frondoso árbol del que colgaban un montón de frutos de apetitoso aspecto.
- ¡Con el hambre que tengo! - y se puso a comer hasta hartarse.
"- Estos frutos están deliciosos -" pensó, y llenó un saco que tenía, con ellos.
Al volver donde sus hombres, uno de ellos le preguntó:
- ¿Que llevas en el saco?.
- Nada, unas maderas para hacer fuego - , le dijo "Malapata", que no quería conpartirlos.
y en ése instante, ¡sus brazos desaparecieron!.
Los frutos, rodaron por el suelo al caer la bolsa.
- ¡Eso no son maderas! - dijo uno de sus hombres al verlos.
- Es que..........pensaba hacer un pastel para daros una sorpresa........
y de repente ¡desaparecieron las piernas del pirata!, cayendo estrepitosamente al suelo.
Los hombres de "Malapata", desconcertados, cogieron lo que quedaba de él y fueron al barco.
- ¡Que me ha pasado! -gritaba el pirata.
- No lo se capitán - le contestó "Rudy", - Quizás sea por los frutos que comiste. ¿Donde los encontraste?.
- Pues no me acuerdo, además no quedaba ya ninguno........- mintió "Malapata", que seguía sin querer conpartirlos. Y al momento, ¡desapareció por completo, convirtiéndose en un fantasma!.

- ¡Es increíble!, ¡tiene que haber una explicación!- decía "Rudi", mientras investigaba entre los viejos pergaminos de la biblioteca del "Delfín".
Entre ellos, encontró uno que hablaba de "La maldición de la isla de la verdad". En él, contaba como había una isla en la que todos sus habitantes eran unos mentirosos. todos, menos uno, un hombre sabio que conocía el arte de la magia. Este,  fue condenado a  la hoguera con mentiras, ya que era envidiado por muchos, y  mientras ardía, condenó a todos los habitantes de la isla a convertirse en fantasmas si volvían a mentir. Así, la isla se llenó de fantasmas, que pululaban por todas partes cuando las campanadas del reloj daban la media noche.
- ¡Esta debe ser la isla de la verdad!. Tiene que haber alguna forma de que el capitán vuelva a convertirse en persona, aunque en verdad, quizás sea mejor dejarlo así..... - dijo Rudi socarronamente, y todos rieron.
- Dicen, que los fantasmas se vuelven a encarnar cuando recuerdan quienes han sido antes de convertirse en fantasmas - dijo un viejo pirata que formaba parte de la tripulación.
- podemos intentarlo - dijo Rudi.
Y urdieron un plan.

Cuando dieron las doce de la noche, el fantasma del "Pirata Malapata" apareció en la cubierta de "delfín" gritando y moviendo las manos:
- ¡Temblad, malditos!, ¡Soy un fantasma que viene del "inframundo", y vengo a llevaros conmigo!.
Todos salieron corriendo en cuanto le vieron, salvo "Rudi".
- ¡No, no me lleves contigo fantasma! - gritó la iguana.
- ¿porqué no huyes?, ¿es que no me tienes miedo?.
- ¡oh si, terrorífico fantasma!, ¡estoy muerto de miedo!, pero conozco a alguien que no te teme.
- ¿Quien osa no tener miedo de mi, el más monstruoso y terrorífico fantasma que jamás ha existido? - gritó el fantasma de "Malapata", blandiendo una fantasmal espada.
- Es un marinero. Se encuentra en la gruta de la cascada, y dice que le das más risa que miedo.
- ¿Qué?, ¡Ahora verá!- gritó el fantasma del pirata, y poniendo su más terrible expresión, se dirigió volando hacia la gruta.
- ¿Donde estás, marinero de agua dulce?. ¡Te llevaré allí donde las bestias del abismo te devorarán poco a poco hasta convertirte en plancton! - Gritaba el fantasma de "Malapata".
Pero en la gruta no había nadie. En su interior, se encontraba el tesoro que habían enterrado.
Al ver el tesoro, el fantasma del pirata se quedó como atontado ante el brillo del oro y las joyas que se reflejaba en las paredes y en sus ojos.
- ¡Mi tesoro! - gritó. - ¡Mi precioso y amado tesoro!.
Y al instante, el fantasma se convirtió de nuevo en el "Pirata Malapata".

Al llegar Rudi con los demás piratas a la gruta, vieron a "Malapata" restregándose entre las monedas de oro y las joyas, y cantando: - ¡Es mío, es mío, mi tesoro............!.
- Hay personas que nunca cambian, aunque se conviertan en fantasmas - dijo "Rudi", entre las carcajadas de los piratas.


viernes, 23 de noviembre de 2012

La rana que quería volar

Había una rana que quería volar. Todos los días, saltaba y saltaba, moviendo las ancas como si fueran alas, pero nada, no conseguía despegar del suelo.
Un buen día, se levantó un viento muy fuerte, y la rana salió volando por los aires.
- ¡Vuelo, vuelo! - gritaba llena de entusiasmo.
Pero el viento dejó de soplar, y la rana cayó en medio de un desierto.
La rana empezó a saltar y a saltar, pero no corría ni la más pequeña brizna de viento.
Agotada y muerta de sed, la pobre rana se desmayó.
Al anochecer, la luna salió en el cielo, y vio a la pequeña rana desmayada y exhausta.
- "¡Pobrecita! -" pensó. - "¿Que hará una rana en medio del desierto?.
Y llena de tristeza, se puso a llorar.
Tanto lloró la luna, que formó un río con sus lágrimas, y éste, arrastró a la rana hasta su charca.
Al despertar la rana, vio que estaba en su casa, y al enterarse de lo que había pasado, agradecida, se puso a cantar a la luna en cuanto salió, y le cantó durante toda la noche.

Por eso, las ranas no dejan de cantar por la noche.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El deseo

Estaban mamá y Leire mirando el cielo de noche por la ventana.
- ¿has visto? - dijo mamá, - ¡Una estrella fugaz!, pide un deseo y se hará realidad.
Leire, cerró los ojos con fuerza.
- ¡ya está! - dijo.
- ¿Que has pedido?
- Una muñeca con vestido amarillo, sombrero azul y coletas.

Al día siguiente, Leire fue corriendo donde mamá toda alborozada.
- ¡Mama, mamá!, ¡mira!.
Y le enseñó una muñeca con vestido amarillo, sombrero azul y coletas.
¡Era de entre las muñecas que tenía, su favorita!.

viernes, 9 de noviembre de 2012

La montaña sin fin

En el país de las hadas, reinaba la felicidad. Cada hada tenía su barita mágica, y todos sus deseos eran cumplidos. Pero había una bruja envidiosa que odiaba tanta felicidad.
Un día, la bruja robó todas las baritas mágicas, mientras dormían las hadas, y las llevó a la cima de "La montaña sin fin", y claro, como la montaña no tenía fin, nadie podía llegar a su cima (solamente la bruja con sus poderes maléficos).
Amy, un hada que vivía en el país de las hadas,no se dio por vencida, y fue a ver a Mou, el búho sabio.
- ¡Mou! - le gritó, - ¡Despierta!, tienes que decirme como puedo llegar a la cima de "La montaña mágica"!.
- ¡Maldita sea!, ¡quien osa..........!, ¡ah, eres tú.......!, ¿Qué quieres?, ¿no ves que estoy echado una cabezadita? - le dijo Mou.
- ¡Tienes que ayudarme!, la bruja nos ha robado las baritas mágicas, y las ha llevado a la cima de "La montaña sin fin",¡tengo que recuperarlas! - Le dijo Amy.
- ¿Para eso me despiertas? - dijo Mou metiendo de nuevo la cabeza entre las alas.
- ¡Pero Mou!.
- ¡Es imposible llegar a la cima de "La montaña sin fin"!................bueno, habría una posibilidad............., dicen que se puede llegar ella, cuando no se pretende llegar allí - dijo Mou en tono pensativo. Para ello, deberás olvidarlo todo.
- ¿Y como lo hago? - preguntó Amy.
- uhmmm.........., ¡pues comiendo del "fruto del olvido"!,¡como va a ser!.
- ¿y donde puedo encontrarlo? - pregunto Amy.
- Este se encuentra en las laderas de "La montaña sin fin".
- ¡Gracias! -le dijo Amy, dándole un fuerte beso en la frente, y corriendo precipitadamente hacia La montaña.
- ¡Estas locas hadas! - murmuró Mou, viendo como se alejaba.

Así, Amy llegó a las laderas de "La montaña sin fin". Allí, encontró una pequeña aldea campesina, con  gentes muy amables.
- ¿Sabes donde puedo conseguir "el fruto del olvido"? - le preguntó a un joven de buen parecer.
- ¡Si hombre!, lo encontrarás a las afueras. Es un fruto rojo y alargado que se encuentra en racimos colgando de los árboles.
- ¡Que dices! - dijo un hombre bajito y con barba que pasaba por allí, - el fruto del olvido es amarillo, redondo y con puntitos negros, y crece en el suelo, entre las zarzas.
- ¿Pero estáis locos? - dijo una señora de pelo blanco y aspecto estirado, - si crece en los arbustos, y es de color verde, como una aceituna.
Mientras discutían, Amy se alejó de allí cabizbaja.
"- ¿Cómo lo voy ha encontrar, si no se ponen de acuerdo de como es?" - pensaba Amy.
- ¿Que te ocurre? - le preguntó de repente un chico delgado y sonriente, al verle tan desanimada.
- Nada, ¿Tú sabes como es el fruto del olvido? - le preguntó Amy.
- No tengo ni idea - le respondió el chico, -¿porqué quieres saberlo?. Entonces le contó porqué lo buscaba.
-"¡Pero........!" - pensó Amy cuando termino de contarle su historia " - si no sabe como es el fruto del olvido, significa que lo ha olvidado, por lo tanto..........¡habrá comido de él!".
- ¿Donde vives? - le preguntó Amy.
- al otro lado de la ladera, a 2 días de camino. Me disponía a ir ahora a mi casa - le respondió el chico.
- ¿Puedo acompañarte? - le pregunto Amy.
- Si claro, así me harás compañía.
Y Amy, se fue con el chico al lugar donde éste vivía, con la esperanza de que allí encontraría el fruto del olvido.
Después de caminar durante 2 días, llegaron a un espeso bosque. Este estaba lleno de unos arbustos con unos frutos alargados de color naranja. cogiendo un puñado, el chico se los ofreció a Amy.
- ¿Tienes hambre? - le dijo.
- ¡Si! - dijo Amy excitada, - ¡Este debe de ser el fruto del olvido!.
Pero de repente, le entró miedo. "- Si como de él, lo olvidaré todo"- pensó.
Sin embargo, se acordó de sus amigas, y su familia, y de lo desgraciados que eran sin sus baritas, y armándose de valor, comió del fruto, no sin antes, escribir en una hoja su nombre y dibujar un mapa para poder llegar a su casa.
Nada más comerlo, se quedó completamente dormida.
Al despertar, acababa de amanecer, y el sol brillaba en todas las hojas de los árboles iluminando la hierba cubierta de rocío.
"- ¡Que día más maravilloso!" - pensó, - "¡y que lugar más bonito!", - y lavándose la cara con el rocío, empezó a deambular por la montaña.
Amy, no se acordaba de nada, pero sin darse cuenta, empezó a subir por un camino empinado, mientras disfrutaba del paisaje, ¡hasta la cima de "La montaña sin fin"!.
- ¡Vaya!, ¿Que son esos palitos brillantes? - dijo Amy al ver las varitas. - ¡Son preciosos! - y los guardó en la mochila.
"- Bueno ya es hora de bajar" - pensó, después de descansar un rato. "- ¿Pero a donde voy?".
Al meter la mano en el bolsillo, encontró la hoja con su nombre y el mapa, y pensó que podría ir allí. Así que se puso en camino.
Al llegar al país de las hadas, todas la rodearon alborotadas.
- ¡has vuelto, has vuelto! - gritaban.
Amy no entendía nada, pero como señal de buena disposición, les ofreció los palos brillantes que había encontrado en la cima de la montaña.
- ¡Son las baritas! - gritaron las hadas emocionadas, - ¡las has encontrado!.
Y le llevaron en volandas a su casa, donde le esperaba su familia.
Allí, le explicaron lo que había sucedido, y se convirtió en un héroe. Y poco a poco recobró la memoria.
Así, las hadas recuperaron las baritas, y volvieron a ser felices, al cumplirse de nuevo todos sus deseos.

A la bruja, le hicieron comer del fruto del olvido, y olvidó todos sus poderes, por lo que no pudo hacer más maldades.


viernes, 2 de noviembre de 2012

¡Un monstruo en el bote de galletas!

A Mara, le gustaban mucho las galletas, así que fue a la cocina de su casa, y cogió el bote de galletas para coger una. Al abrirlo, una enorme garra le cogió del brazo, y se la llevó dentro del bote. ¡Era un monstruo peludo, con cuernos y largos dientes!.
- ¡Harás galletas mágicas para mí! - le dijo, - de las que convierten a los hombres en monstruos.
Y la encerró en una cocina, donde encontró la receta de las galletas mágicas, y todos los ingredientes para hacerlas.
La pobre Mara, muerta de miedo, se puso ha hacer galletas, tal como le había dicho el monstruo.
- ¡Ja, ja, ja, ja! - reía el monstruo, mientras ponía las galletas hechas por Mara en todos los botes de galletas. - ¡Todo el mundo comerá mis galletas, y se convertirán en monstruos, ja, ja, ja, ja!.
Así, el padre de Mara, comió una galleta mágica, ¡y se convirtió en monstruo!, y su madre, y su perro,.........
"tengo que hacer algo", pensó Mara, e hizo una galleta de chocolate, de las que le gustaba a su hermano, en la que escribió un mensaje:

"Hermanito, vete donde el cocinero "Argiñano", y pídele la receta de las galletas de mermelada, las que convierten a los monstruos en personas. Luego, escribe la receta en una galleta, y déjala en el bote de galletas. Hay un monstruo que quiere convertir a todas las personas en monstruos. ¡Date prisa!,¡ y sobre todo, no comas ninguna galleta del bote!. "
                                                          Tu hermana Mara.

-¡Uhmmm!, ¡una galleta de chocolate! - dijo Juan, el hermano de Mara, que iba a coger una galleta del bote de galletas.
Al ir a comerla, vio el mensaje de su hermana, y fue corriendo a buscar al cocinero "Argiñano".
- ¡"Argiñano", "Argiñano"!, necesito la receta de las galletas de mermelada - dijo Juan cuando llegó a la casa de "Argiñano". Y le enseñó el mensaje que le había escrito su hermana en la galleta.
- ¡Vaya, vaya!, es una receta muy antigua........, Miraré en mis viejos libros de recetas - dijo "Argiñano". Y abriendo un enorme y polvoriento libro, se puso a buscar la receta.
- ¡aquí está!, - gritó de repente, -" 200 gr. de harina, 100 gr. de azúcar, 4 huevos, mermelada de fresa, a gusto,  canela, y una pizca de polvo de cuerno de monstruo" - ¡rica y con fundamento!.
"Argiñano", escribió la receta en una galleta, y se la dio a Juan para que la dejara en el bote de galletas.

Cuando el monstruo dormía, Mara salió despacio de la cocina, y cogió la galleta que le había dejado su hermano. Leyó la receta.
- ¡Polvo de cuerno de monstruo!, es lo único que me falta - pensó Mara. y cogiendo una lima, se acercó donde el monstruo, que aún dormía a pierna suelta.
Con la lima, raspó el cuerno para conseguir el polvo, y fue corriendo a la cocina para hacer las galletas de mermelada.
Cuando se despertó, el monstruo cogió las galletas que había hecho Mara, y empezó a dejarlas por todos los botes de galletas.
Entonces, el padre de Mara, que ahora era un monstruo peludo con cuernos y largos dientes, se acercó al bote de galletas, atraído por el olor de las nuevas galletas.
- ¡Uhmm!, ¡que buenas están estas galletas! - dijo, comiendo una galleta de mermelada. Y al instante, se transformó de nuevo en persona. y así, todos los monstruos, se fueron convirtiendo de nuevo en personas.
- ¡Qué está pasando aquí! - gritó el monstruo.
- ¡Tranquilo! - le dijo Mara, - come esta galleta, es una nueva receta, verás como te gusta.
El monstruo, que no era muy listo, comió la galleta, y al momento, se convirtió en persona.

Desde entonces, el monstruo, convertido en persona, fue el ayudante del cocinero "Argiñano" en el restaurante de éste, y se dedicó a hacer galletas de todo tipo, de mermelada, de chocolate, de nata,..............., ¡pero no mágicas!.