Cuentos para contar.

viernes, 26 de octubre de 2012

El niño que le gustaba jugar en el bosque

Cuando cae la noche, todos los animales del bosque se reunen alrededor de "Mou", el búho sabio, para escuchar sus historias:

"Era un niño, que le gustaba ir al bosque a jugar. Todos los días, al salir del colegio, se iba al bosque, y hacía champas con las piedras en el río, subía a los árboles para coger manzanas y nueces, visitaba a las ardillas y los conejos, se tumbaba en la hierba e imaginaba toda clase de formas en las nubes,.................., se lo pasaba tan bien, que se le pasaba el tiempo volando, y llegaba a casa cuando ya había oscurecido.
-¡Otra vez tarde! - le gritaba su madre al llegar a casa, - ¿Cuantas veces te tengo que decir que no quiero que llegues a éstas horas a casa?. ¿Ya has hecho los deberes del colegio?.
- Bueno.............
- ¡Ve ahora mismo ha cenar!, ¡y luego a la cama, castigado sin ver la tele!.
El niño se iba cabizbajo a la cocina, pero al día siguiente, ya estaba deseando salir del colegio para ir de nuevo al bosque a jugar.

Un día, de vuelta a su casa, como siempre tarde, pensaba en la bronca que una vez más le iba  a echar su madre, cuando se fijó que el jardín estaba muy descuidado, las malas hierbas crecían por todas partes, y el césped, hacía tiempo que no se había cortado.
- ¡Qué raro!, ¡con lo cuidadoso que es mi padre con el jardín! - pensó.
Al entrar a casa, vio que los muebles estaban llenos de polvo, y las telarañas vestían todos los rincones.
- ¿Mamá?- gritó, - ¿dónde están todos?, ¿Qué ha pasado aquí? - mientras una rata enorme se le colaba entre las piernas.
Nadie contestó, entonces pasó por delante del espejo del salón,
-¡ Aaahhhhh! - gritó. En el espejo, vio reflejado un viejo harapiento, con una gran barba que le llegaba hasta las rodillas, y la piel morena y arrugada.
- ¿ Quien eres? - gritó, pero no le respondió.
Vio que su mirada le era familiar, y al acecarse al espejo, ¡Se dio cuenta que era su reflejo!.
Había estado tan agusto, jugando en el bosque, que se había olvidado de volver a casa, y se había convertido en un viejo.
- Aquí no tengo ya nada que hacer - pensó, y se fue de nuevo al bosque para seguir jugando hasta el fin de sus días."

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