Cuentos para contar.

domingo, 12 de octubre de 2014

Las aventuras de Paquita, la cebra que perdió sus rayas (3ª parte)

Paquita lloró amargamente; ya nada tenía sentido par ella.
Deambulaba sin rumbo por las afueras de la ciudad, cuando un Jeep pasó a su lado; se paró a pocos metros de donde se encontraba, y dos hombres se bajaron. Le observaban y hablaban entre ellos. Paquita se asustó, y salió corriendo. Los hombres le siguieron en el Jeep. Entonces, uno de ellos, cogió un fusil, le apuntó, y disparó. Paquita sintió un pinchazo en el cuello, luego todo empezó a darle vueltas, y se desplomó desmayada.
Se despertó en un establo. Le dolía la cabeza, y estaba hambrienta. Se acercó a un pesebre lleno de alfalfa, y comió hasta hartarse. Al rato, entró en el establo uno de los hombres que le había perseguido en el Jeep. Paquita se puso en guardia, pero la actitud del hombre era amistosa. Se le acercó, y acariciándole el hocico, le ofreció una zanahoria. Luego cogió un cepillo y  le frotó con él todo el cuerpo. Era muy agradable. Durante los siguientes días, Paquita se dedicó a comer y a dormir, por lo que recuperó todas sus fuerzas.
Un día, le llevaron en un camión hasta una granja. Allí sucedió algo extraño; un hombre le puso algo en la boca y en el lomo,¡e intentó subirse sobre él!. Paquita se puso a cocear, y el hombre salió disparado. Lo intentó varias veces más, y otras tantas acabó en el suelo. Luego le llevaron a un establo, junto a unos burros.
- ¡Vaya, eres nuevo por aquí! - le dijo uno de ellos mirándole con curiosidad - , ¿cómo te llamas?
- Paquita, pero en realidad soy una cebra que.............
- ¡Yo soy veloz!, bueno, así me llaman los hombres,¡porque soy el más rápido de todos estos zopencos!, pero llámame Alfred.
- ¡Menos lobos, Caperuzita!, sólo porque has ganado un par de carreras............ - dijo uno de los burros.
- ¡Un par!, ¡He ganado 8 carreras!
- ¿Hacéis carreras? -  preguntó Paquita sorprendida.
- Si, somos burros de carreras. Los hombres nos hacen correr montados en nuestros lomos, y hacen apuestas para ver quien acierta el vencedor, ¡están completamente locos!.
- ¿ Y lo permitís?
- Si, es una buena vida, te cuidan, te dan de comer, y de vez en cuando, tienes que correr un poco.
Al día siguiente, Paquita se dejó montar por uno de los hombres. Estaban entusiasmados con ella; ¡nunca habían visto un burro tan rápido! Empezó a competir en carreras oficiales, no tenía rival, ya que en realidad era una cebra.. Ganaba carrera tras carrera. Tan grande se hizo su fama, que le llevaban por todo el mundo para competir. Se convirtió en una celebridad: ¡Rayo, el burro más rápido de la historia!

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