Leire, era una niña que vivía con sus padres en la cabaña de un bosque.
Un día, sus padres le castigaron sin dejarle salir a jugar con sus amigos por llegar tarde a casa, y se enfadó mucho con ellos;
- ¡Me pienso ir de casa, y no volveré nunca! - y así lo hizo, cuando estaban sus padres echando la siesta, cogió su muñeca preferida y se marchó.
Iba Leire muy contenta cantando y saltando,
- ¡Ya nadie me dirá cuando tengo que volver a casa!.
De repente, vio entre unos matorrales un vestido blanco que brillaba como si tuviera luz propia;
- ¡Qué vestido más bonito!, me lo probaré a ver como queda - se lo puso, y de repente una luz muy brillante la envolvió, y ¡apareció en otro mundo!.
Sorprendida, miró a su alrededor. En el cielo se dibujaban todos los colores del arco iris, que iban cambiando entre risitas del viento, el suelo estaba lleno de flores y plantas de las más extrañas formas que hablaban entre sí con enormes bocas, y los animales tenían siete, ocho, e incluso diez patas. Todo era muy raro, pero muy divertido.
- ¡Una niña!, - gritó un extraño animal que parecía un león con patas de caballo y cola de pez..
- Sube a mi lomo, te llevaré a dar una vuelta, Seré tu guía. Por cierto me llamo "Bálar".
- Yo Lei..............., - y antes de que pudiera terminar, la cogió con unos tentáculos que le salían del pecho y montándola en su lomo, saltó desplegando dos enormes alas.
Leire no salía de su asombro, pero se sentía muy bien, como si conociera ese lugar desde siempre.
A lo lejos vio un cúmulo de nubes mecidas por el viento.
- hacia allí vamos - le dijo Bálar, como si le hubiera leído el pensamiento.
- ¡Esas nubes tienen patas! - Gritó,
- ¡Y cabeza!, ¡y cola!, ¡son ovejas!.
Ante ella se extendió un rebaño de ovejas, como globos de lana flotando en el aire.
- Tienen tanta lana que flotan en el aire -Le dijo Bálar.
Sin pensárselo dos veces, saltó sobre una de ellas quedando engullida en su mullida lana.
y saltó y saltó riendo de un a otra entre los balidos de las ovejas que resoplaban de placer.
Pero al saltar sobre lo que creía era una oveja, descubrió que en realidad era una nube,
y cayó al vacío ante la impasible mirada de las ovejas y de Bálar.
Cayó, cayó y cayó, pero cuando creía que iba a ser su final al estrellarse contra el suelo, descubrió ¡qué éste era de goma!, y rebotó, rebotó y rebotó subiendo cada vez más alto, y tan alto subió, que llegó hasta la luna.
- ¡Qué divertido es éste mundo! - dijo Leire.
- Y que lo digas - respondió una voz que salía de todas partes.
- ¿Quien eres?.
- Soy la luna, ¿tienes hambre?.
- Pues sí.
- Come entonces todo lo que quieras, estoy hecha de queso, de toda clase de quesos: roquefort, idiazábal,........
- ¡Me encanta el queso! gracias - y se puso a comer hasta quedar satisfecha.
Con la barriga llena y después de tantas emociones, Leire se quedó dormida y la luna le arropó con una loncha de emmental.
Una hermosa canción le despertó, sonaba un coro de voces cristalinas en el cielo.
Miró hacia arriba y vio una multitud de estrellas de muchas formas y colores que subían, bajaban, chocaban entre sí, aparecían y desaparecían, se estiraban y encogían,....................
- Baila y canta con nosotras - le dijeron.
- ¡Me encanta bailar y cantar! - respondió Leire.
Y así bailó y cantó con todas las estrellas alrededor fundiéndose en un solo canto.
Las estrellas fueron desapareciendo poco a poco, y el canto dejó paso al silencio.
Leire miró a su alrededor, La luna se había dormido, las estrellas se habían ido y se sintió sola.
- ¡Echo de menos a mis padres! - pensó.
De repente, apareció Bálar de la nada.
- ¿Quieres volver a casa?.
- Si, por favor.
- Entonces te llevaré donde "Mou" el búho, existe desde el principio del mundo y es muy sabio - y cogiendo un arco iris que se dibujaba en el horizonte, lo puso a modo de tobogán, por el que se deslizaron cogidos de la mano, hasta la tierra.
Llegaron a un bosque, cuyos árboles no paraban de crecer, ocultando cualquier camino.
- Ahora debes seguir sola.
- ¡Pero si los caminos desaparecen a cada instante!.
- No te preocupes, si verdaderamente quieres volver a casa, encontrarás el camino que te lleve hasta Mou - dijo Bálar, y desapareció tal como había venido.
Asustada, Leire cerró los ojos.
- ¡Quiero volver a casa!, ¡Quiero volver a casa! - se repetía mientras avanzaba a tientas.
De repente oyó el ulular de un búho, y abrió los ojos.
- ¿Eres Mou? - le dijo a un búho, que con cara de malas pulgas le miraba desde la rama de un árbol.
- Si soy yo, ¿Que quieres?.
- Quiero volver a casa, hecho de menos a mis padres.
- Eso es muy sencillo - dijo refunfuñando Mou,-sólo tienes que quitarte el vestido y aparecerás allí donde te lo pusiste-.
Pero recuerda que si te lo quitas, ya nunca más podrás volver a éste mundo.
Sin pensárselo dos veces Leire se quitó el vestido, y apareció de nuevo en el bosque donde vivía.
Fue corriendo hasta su casa, y abriendo la puerta saltó a los brazos de sus padres.
Así se dio cuenta de ¡cuanto les quería!.
Sencillamente mágico. Creomque este blog me va a gustar mucho. Por cierto, ¿ el dibujo de abajo es un Leire original?
ResponderEliminarGracias por la crítica.
EliminarEl dibujo es un Miró, ¡y valdrá millones!
Pues los padres de ese niño estarán muy contentos.
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