Cuentos para contar.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El vestido mágico.

Leire, era una niña que vivía con sus padres en la cabaña de un bosque.
Un día, sus padres le castigaron sin dejarle salir a jugar con sus amigos por llegar tarde a casa, y se enfadó mucho con ellos;
 - ¡Me pienso ir de casa, y no volveré nunca! - y así lo hizo, cuando estaban sus padres echando la siesta, cogió su muñeca preferida y se marchó.
Iba Leire muy contenta cantando y saltando,
- ¡Ya nadie me dirá cuando tengo que volver a casa!.
 De repente, vio entre unos matorrales un vestido blanco que brillaba como si tuviera luz propia;
 - ¡Qué vestido más bonito!, me lo probaré a ver como queda - se lo puso, y de repente una luz muy brillante la envolvió, y ¡apareció en otro mundo!.

Sorprendida, miró a su alrededor. En el cielo se dibujaban todos los colores del arco iris, que iban cambiando entre risitas del viento, el suelo estaba lleno de flores y plantas de las más extrañas formas que hablaban entre sí con enormes bocas, y los animales tenían siete, ocho, e incluso diez patas. Todo era muy raro, pero muy divertido.
- ¡Una niña!, - gritó un extraño animal que parecía un león con patas de caballo y cola de pez..
- Sube a mi lomo, te llevaré a dar una vuelta, Seré tu guía. Por cierto me llamo "Bálar".
- Yo Lei..............., -  y antes de que pudiera terminar, la cogió con unos tentáculos que le salían del pecho y montándola en su lomo, saltó desplegando dos enormes alas.

Leire no salía de su asombro, pero se sentía muy bien, como si conociera ese lugar desde siempre.
A lo lejos vio un cúmulo de nubes mecidas por el viento.
- hacia allí vamos - le dijo Bálar, como si le hubiera leído el pensamiento.
- ¡Esas nubes tienen patas! - Gritó,
- ¡Y cabeza!, ¡y cola!, ¡son ovejas!.
Ante ella se extendió un rebaño de ovejas, como globos de lana flotando en el aire.
- Tienen tanta lana que flotan en el aire -Le dijo Bálar.
Sin pensárselo dos veces, saltó sobre una de ellas quedando engullida en su mullida lana.
y saltó y saltó riendo de un a otra entre los balidos de las ovejas que resoplaban de placer.
Pero al saltar sobre lo que creía era una oveja, descubrió que en realidad era una nube,
y cayó al vacío ante la impasible mirada de las ovejas y de Bálar.

Cayó, cayó y cayó, pero cuando creía que iba a ser su final al estrellarse contra el suelo, descubrió ¡qué éste era de goma!, y rebotó, rebotó y rebotó subiendo cada vez más alto, y tan alto subió, que llegó hasta la luna.

- ¡Qué divertido es éste mundo! - dijo Leire.
- Y que lo digas - respondió una voz que salía de todas partes.
- ¿Quien eres?.
- Soy la luna, ¿tienes hambre?.
- Pues sí.
- Come entonces todo lo que quieras, estoy hecha de queso, de toda clase de quesos: roquefort, idiazábal,........
- ¡Me encanta el queso! gracias - y se puso a comer hasta quedar satisfecha.
Con la barriga llena y después de tantas emociones, Leire se quedó dormida y la luna le arropó con una loncha de emmental.

Una hermosa canción le despertó, sonaba un coro de voces cristalinas en el cielo.
Miró hacia arriba y vio una multitud de estrellas de muchas formas y colores que subían, bajaban, chocaban entre sí, aparecían y desaparecían, se estiraban y encogían,....................
- Baila y canta con nosotras - le dijeron.
- ¡Me encanta bailar y cantar! - respondió Leire.
Y así bailó y cantó con todas las estrellas alrededor fundiéndose en un solo canto.

Las estrellas fueron desapareciendo poco a poco, y el canto dejó paso al silencio.
Leire miró a su alrededor, La luna se había dormido, las estrellas se habían ido y se sintió sola.
- ¡Echo de menos a mis padres! - pensó.
De repente, apareció Bálar de la nada.
- ¿Quieres volver a casa?.
- Si,  por favor.
- Entonces te llevaré donde "Mou" el búho, existe desde el principio del mundo y es muy sabio -  y cogiendo un arco iris que se dibujaba en el horizonte, lo puso a modo de tobogán, por el que se deslizaron cogidos de la mano, hasta la tierra.

Llegaron a un bosque, cuyos árboles no paraban de crecer, ocultando cualquier camino.
- Ahora debes seguir sola.
- ¡Pero si los caminos desaparecen a cada instante!.
- No te preocupes, si verdaderamente quieres volver a casa, encontrarás el camino que te lleve hasta Mou - dijo Bálar, y desapareció tal como había venido.
Asustada, Leire cerró los ojos.
- ¡Quiero volver a casa!, ¡Quiero volver a casa! - se repetía mientras avanzaba a tientas.
De repente oyó el ulular de un búho, y abrió los ojos.
- ¿Eres Mou? - le dijo a un búho, que con cara de malas pulgas le miraba desde la rama de un árbol.
- Si soy yo, ¿Que quieres?.
- Quiero volver a casa, hecho de menos a mis padres.
- Eso es muy sencillo - dijo refunfuñando Mou,-sólo tienes que quitarte el vestido y aparecerás allí donde te lo pusiste-.
Pero recuerda que si te lo quitas, ya nunca más podrás volver a éste mundo.
Sin pensárselo dos veces Leire se quitó el vestido, y apareció de nuevo en el bosque donde vivía.
Fue corriendo hasta su casa, y abriendo la puerta saltó  a los brazos de sus padres.
Así se dio cuenta de ¡cuanto les quería!.

3 comentarios:

  1. Sencillamente mágico. Creomque este blog me va a gustar mucho. Por cierto, ¿ el dibujo de abajo es un Leire original?

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    1. Gracias por la crítica.
      El dibujo es un Miró, ¡y valdrá millones!

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  2. Pues los padres de ese niño estarán muy contentos.

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